Sueños en La Alpujarra

Abducido por la fluorescencia de la nieve, me acerque al balcón, donde recuerdo, que tomando un cigarrillo, no se si lo tuve un minuto sin encender o fueron diez, pues la majestuosidad de las cumbres me dejaron estremecer y absorto como si el tiempo se parara ante tal situación, no deje de mirar ese espectáculo que ante mi posaba sin contemplación.

Ahí estaba el Veleta, apuntando hacia la estrella y el Mulhacén, dominando los picos de cien en cien que todos juntos han formado, la montaña de Sierra Nevada, siendo sin lugar a duda, el techo de España.

A sus pies, el Barranco de Poqueira, sumiso y complaciente de servir a tal princesa y entre ambos me encontraba yo en el balcón del hotel, fumándome un cigarrillo que hasta eso han prohibido en la España que he vivido.

Aquí todo pierde sentido y se percibe libertad, no se si son las estrellas de las nieves o porque la corrupción no tiene lugar, pero te juro que se respiraba, aire de libertad. Libertad que abarca desde el Suspiro del Moro, -que pronto será musulmán- hasta Trevelez en la cumbre, queriendo divisar el mar.

Eso es La Alpujarra, una blanca espada clavada en las cubres y falda de Sierra Nevada.

Pensamientos en Hotel Estrella de las Nieves – Pampaneira