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La política española está repleta de "gilipolleces" por
doquier a lo largo y ancho de nuestro país
y de nuestra historia.
Véase las crónicas
de Pitres que estando situado en las faldas de Sierra
Nevada a 1.250 Mts. de altura sobre el nivel del
mar, un político español del siglo
pasado pero con la talla de los actuales, -un embaucador-
no vaciló en concederles el deseo burlesco,
un puerto en la montaña.
Esta es la historia
contada por José A. Cano y relata esta surrealista
historia de Pitres para cuando te acerque por este
pueblo de la Alpujarra, no te extrañes de
ver un ancla en la entrada.
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Dice la tradición que allá por los
años 20 el diputado liberal Natalio Rivas,
natural de Albuñol, acudió a la
Alpujarra de Granada y visitó Pitres, pueblo situado
a unos nada desdeñable 1250 metros de altura.
Como buen político en campaña, preguntó a
los bárbaros, nombre que reciben los del lugar
por la ferocidad de sus antepasados durante la rebelión
de los moriscos, qué querían que él
pudiese darles. Los paisanos, que ya entonces tenían
el colmillo retorcido ante las promesas
políticas,
pidieron un imposible: "¡Un puerto de
mar!". Y Rivas, político bragado, no
vaciló: "¡Concedido lo tenéis!".
Con esta anécdota como punto de partida, en
La Tahá, el municipio del que Pitres es hoy
núcleo principal, celebró anualmente,
hasta la posguerra, la festividad de la Virgen
del Carmen, patrona de los pescadores, a pesar de que no
había ni uno en todo el pueblo. Una tradición
que se perdió en el tiempo y que en 2011 se
recupera para celebrar la existencia del 'puerto de
mar' más alto de España.
Alberto Martín, coordinador del Ayuntamiento
de Pitres, explica que desde hace unos años
se ha intentado recuperar la tradición de 'El
Puerto de Pitres', dándole un sentido "más
lúdico
que peyorativo. En otra época, se usaba junto
a lo de bárbaros como para decir que aquí la
gente era muy bruta. Pero en realidad, fue una broma
tanto de los paisanos como del diputado, y así hay
que tomarlo".
En 1988, el Puerto
de Pitres se hermanó con
el de Motril y recibió como regaló fraternal
una señora ancla de más de dos metros
de altura y de unos 700 kilogramos de peso, que colocaron
en la antigua Plaza de Armas, centro del pueblo. Junto
a ella acabó una barca cedida por un pescador
de La Rábita, pedanía de Albuñol,
el pueblo de origen de Natalio Rivas. Y, finalmente,
llegó la placa, que reproduce el cuasi mítico
diálogo: "Bárbaros de Pitres, ¿qué queréis? ¡Un
puerto de mar! Concedido lo tenéis".
Desde 1992, cuando una de las carabelas de Colón –en
miniatura, eso sí– visitó el puerto,
incluso existe una Cofradía de Pescadores, 'La
sardina resucitá' del Puerto
de Pitres, que
cuenta con Patrón Mayor, Práctico y todos
los cargos necesarios para su buen funcionamiento.
Y en 2000, el Puerto de Pitres se volvió internacional
al ser mencionado por la eurodiputada María
Izquierdo en una sesión del Parlamento europeo,
dentro de una pregunta sobre acuerdos pesqueros, como
ejemplo de hacer de la necesidad virtud.
Las fiestas de la Virgen del Carmen difícilmente
han incluido un paseo en barca real, y se limitarán
a un oficio religioso en la iglesia del pueblo. Eso
sí, el Ayuntamiento
de Pitres ha proyectado
todo un programa deportivo y cultural para acompañarla:
una ruta cicloturista, un concurso de fachadas, pasacalles, paella municipal, bingo y velada musical. Para que
a nadie le dé tiempo a echar de menos la playa.
Martín, por cierto, advierte: "La talla
de la Virgen del Carmen que hay en el pueblo es antigua
y no está para muchos trotes. En los años
20 salía en procesión, pero ahora es
más difícil. Pero para el año
que viene queremos hacer algo". No concreta qué,
pero casi se ve venir. Una "barbaridad":
la Virgen del Carmen, con barca, pero en secano. José A.
Cano
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